y el Deseo de
No Vivir
Junio 12, 2023
¿Quieres una respuesta más personal?
Llegar a decir “no quiero vivir más” o “me quiero morir” es algo que apenas nos permitimos hablar en diálogos internos, pues parece totalmente antinatural no querer vivir, cuando todo el funcionamiento de nuestro cuerpo nos dice que debemos siempre hacer lo necesario para garantizar nuestra existencia, sin embargo hay muchas situaciones en la vida que pueden afectar y generar estas alteraciones psicológicas, una de ellas puede surgir a posterior a la ocurrencia de un evento traumático.
Cuando el evento marca un antes y un después en la vida de una persona lo llamamos “Trastorno de estrés postraumático” (TEPT), que es en sí un trastorno de ansiedad relacionados con traumas que cumple con unas características específicas. Incluso existen criterios diagnósticos para comprender lo que pasa en la emocionalidad de un adulto y en niños mayores de 6 años y adolescentes. El desarrollo de síntomas específicos tras la exposición a uno o más eventos traumáticos, es la característica esencial del TEPT, donde predomina la re-experimentación del miedo y los síntomas emocionales y comportamentales como la representación clínica del trastorno, la cual puede o no estar acompañada de otros síntomas cognitivos, anímicos, reactivos, disociativos o la combinación de todos ellos (De Psiquiatría y Lifante, 2014).
De acuerdo con el DSM-V (De Psiquiatría y Lifante, 2014), la prevalencia del trastorno en adultos de Estados Unidos es aproximadamente el 3,5%, mientras que para países de Europa, Asia, África y América Latina está entre el 0,5% y el 1,0%. Pero aunque los porcentajes parecen bajos el TEPT, parece tener una prevalencia cada vez mayor. Este trastorno es un trauma emocional en que sus efectos debilitan la capacidad adaptativa y funcional de la persona a largo plazo.
Malestar Emocional
Para entender si el malestar emocional que estás viviendo corresponde a un estrés postraumático, se requiere del diagnóstico de un profesional de la salud mental. Sin embargo es importante estar alerta a los siguientes síntomas:
Estos síntomas más que un diagnóstico en sí deben ser tomados como un criterio sintomatológico para ir a consulta psicológica, pues es un especialista de la salud mental, puede hacer un diagnóstico adecuado de la situación y evaluar el mejor tratamiento.
Ignorar las emociones
La mayoría de las personas deciden ignorar sus emociones, usar redes sociales, ir de fiesta, hablar con un amigo, consumir alcohol o drogas, lo que desde una perspectiva temporal puede hacer pensar que ayuda a calmar los síntomas, sin embargo en muchos casos agrava la situación o la agudiza.
La enajenación hacia la vida, la pérdida del placer por hacer las cosas que nos gusta y la aparición de esos pensamientos intrusivos como “no quiero vivir más” o “me quiero morir”, son más frecuentes de lo que puedes imaginar, ya que las personas constantemente viven ignorando sus emociones para no lidiar con ellas o se refugian en el trabajo o en cualquier cosa que los distraiga, empeorando su malestar.
Sin embargo es posible tener una vida plena y feliz donde entiendas lo que te sucede y puedas lidiar mejor con el dolor emocional. La terapia es un acto de autocuidado y de amor propio.
Referencias:
Crespo, M., y Gómez, M. (2016). Diagnostic concordance of DSM-IV and DSM-5 Posttraumatic Stress Disorder (PTSD) in a clinical sample. Psicothema, 28(2), 161-166.
De Psiquiatría, A., y Lifante, A.. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales-DSM 5. Barcelona: Médica Panamericana
Beatriz Valencia
Magister especializada en el desarrollo de las personas, que combina la profundidad de un enfoque terapéutico de psicoterapia breve y psicología cognitivo-conductual, PNL, coaching ontológico y meta-genealogía.